El debate sobre los alquileres breves en Milán se reaviva, pero las cifras reducen el alcance del llamado “efecto Airbnb”. Según la Aigab, la asociación de gestores profesionales, los apartamentos en línea de manera continua son apenas 7 mil de un total de 810 mil viviendas: menos del 1% del patrimonio inmobiliario de la capital lombarda.
Una ciudad con 100 mil casas vacías
Lo que realmente pesa en el mercado no serían los turistas, sino las viviendas desocupadas. En Milán se cuentan de hecho más de 100 mil casas vacías, mientras que el 80% de los alquileres breves se refiere a estudios y apartamentos de dos habitaciones, poco adecuados para las familias que buscan una vivienda estable. Solo el 12% de los inmuebles en alquiler breve ha sido adquirido como inversión: la mayoría proviene de herencias o segundas casas que han quedado sin uso.
Un negocio de miles de millones
Si el fenómeno no incide de manera significativa en el número de apartamentos disponibles, el impacto económico en cambio es fuerte. Solo en 2024 los alquileres breves generaron 473 millones de euros en reservas y un impacto de 1,89 mil millones de euros entre restauración, transporte, compras y actividades culturales. De esta riqueza, el 74% permanece en el territorio milanés.
Rendimientos más bajos de lo previsto
La rentabilidad no es tan alta como a menudo se piensa: la media se detiene en el 4,8%, en línea con la de los alquileres tradicionales (4,9%). Los contratos transitorios siguen siendo los más ventajosos, con picos de hasta el 10%. No es casualidad que muchos propietarios estén volviendo al clásico contrato 4+4, desalentados por la burocracia fiscal y las ganancias inferiores a las expectativas.