En Italia, las verificaciones fiscales son una rareza. Cada año, solo el 1,4% de las empresas y los profesionales se someten a una inspección "sustancial", es decir, con accesos directos y controles reales. En práctica, para examinar todo el tejido productivo se necesitarían al menos setenta años.
Evasión descubierta pero no recaudada
El problema no es solo la escasez de controles, sino también la eficacia. De 100 euros de evasión comprobada, apenas 17-18 terminan en las arcas públicas. En 2024, frente a 72,3 mil millones identificados, solo 12,8 se han recaudado. Cuando la verificación llega a la notificación de cobro, la tasa de recaudación cae incluso al 3,1%.
Condonaciones y expectativas que favorecen a los astutos
Según la Corte de Cuentas, los contribuyentes confían en amnistías y condonaciones futuras, haciendo que los controles sean menos temidos y poco disuasorios. "El riesgo de ser inspeccionados es muy reducido" observan los magistrados contables, invitando a la política a reforzar los recursos del fisco y evitar nuevas condonaciones.
Los sectores más afectados y los datos impactantes
El comercio, la restauración, la sanidad y el entretenimiento están entre los sectores más controlados, pero con porcentajes mínimos: entre el 1,3 y el 1,7% de las empresas al año. En el sector de la construcción se llega a un control cada 20 empresas, en los intermediarios inmobiliarios uno cada 50.
Controles financieros en aumento, pero sin resultados
El único frente en aumento es el de los controles bancarios y sobre las inversiones, que pasaron de 3.540 en 2023 a 4.558 en 2024. A pesar de ello, los ingresos han caído un 61,4%, pasando de 13,2 a 5,1 millones de euros.