Sociedad

Adiós a Pippo Baudo, gigante de la televisión que hablaba a la mayoría de los italianos

Durante más de 60 años ha hecho compañía a los italianos desde la pantalla de la televisión.

Adiós a Pippo Baudo, gigante de la televisión que hablaba a la mayoría
Pippo Baudo

Se ha ido el hombre catódico que ha marcado 60 años de historia de la TV en Italia. Presentador e inventor, porque muchos de los que han tenido éxito los descubrió él, él se había descubierto a sí mismo. El padre sueña con un futuro de abogado, Baudo (nacido en Militello, en la provincia de Catania, el 7 de junio de 1936) no lo contradice, pero piensa solo en el mundo del espectáculo.

Una carrera larguísima como protagonista, premiada con la distinción de Caballero de Gran Cruz de la Orden al Mérito de la República Italiana, el máximo reconocimiento, que el Presidente Sergio Mattarella le entregó en el Quirinal el 22 de septiembre de 2021.

89 años y muchos récords, como el histórico de haber conducido 13 festivales de Sanremo, de los cuales cinco consecutivos (desde 1992 hasta 1996) como la otra leyenda Mike Bongiorno y como Amadeus.

Más de 150 programas, entre ellos Settevoci, Canzonissima, Domenica in, Fantastico, Serata d'onore, Novecento, varias películas e incluso canciones escritas también para otros artistas: "Pippo nacional" ha superado los 60 años de carrera y ha involucrado en sus shows a varias generaciones. También fue director del Stabile de Catania.

Licenciado en derecho, enamorado del mundo del espectáculo, se trasladó a Roma para perseguir el sueño de la pequeña pantalla. De la cual luego se convirtió en protagonista absoluto, logrando utilizar un lenguaje y un esquema comunicativo comprensible para la mayoría de los italianos.

Políticamente se autodeclaraba progresista. En 1991 un atentado con explosivos golpeó una de sus villas en Sicilia, afortunadamente vacía ese día, por haberse enfrentado a la Mafia. También se la tomó con la Iglesia, culpable de no pagar los impuestos sobre los inmuebles propiedad del Estado del Vaticano. La de Baudo no ha sido una vida hecha solo de 'paillettes et cotillon'.