Donald Trump vuelve a amenazar a la Unión Europea. Después de la tregua firmada en Escocia, el ex presidente aumenta la presión con una amenaza clara: si no llegan los 600 mil millones de inversiones prometidas, se impondrán aranceles de hasta el 35%. Una advertencia que reaviva las preocupaciones en los sectores más expuestos, como los medicamentos y los microchips, para los cuales se habla incluso de tasas del 250% "ya desde la próxima semana".
Bruselas frena (por ahora)
Desde la Comisión Europea llega una respuesta cauta: "El techo máximo sigue siendo del 15%", reiteran desde Bruselas. Se trata, según la UE, de una especie de "escudo de garantía" para todos los sectores estratégicos. Sin embargo, si Washington supera este umbral, la Unión está lista para reaccionar. Mientras tanto, las contramedidas están congeladas por seis meses, a la espera de la ratificación formal por parte de los 27 Estados miembros.
Acuerdos por completar, inversiones en juego
El texto del acuerdo transatlántico está casi listo, pero quedan cuestiones pendientes. En particular, el tema de las inversiones privadas -más de mil millones de euros, según las estimaciones- es complejo, porque escapa al control directo de la política. También la reducción de los aranceles sobre el sector automotriz (del 27,5% al 15%) depende de una nueva orden ejecutiva estadounidense. Bruselas sigue siendo optimista, pero el cambio aún no ha llegado.
La línea dura en los sectores clave
La UE promete luchar por cada producto estratégico: desde aviones hasta dispositivos médicos, desde vino hasta licores. Algunos sectores obtendrán beneficios de inmediato, otros requerirán meses de negociaciones. Italia busca defender su agroalimentario, mientras crece el temor por las consecuencias en las grandes farmacéuticas y en la exportación europea en general.
Entre alivio y tensiones internas
En Bruselas se busca un equilibrio entre realismo y optimismo. "No es el pacto perfecto, pero es el mejor en las condiciones actuales", dicen fuentes de la UE. Sin embargo, no faltan las fricciones internas. Alemania ha expresado reservas a través del ministro Lars Klingbeil, criticando el acuerdo precisamente desde Estados Unidos. El ejecutivo europeo defiende la elección negociadora como el único camino para garantizar estabilidad.
Ojos puestos en Suiza e India
Mientras tanto, otros países también tiemblan. Suiza corre el riesgo de un arancel récord del 39%, mientras que India -acusada de ambigüedad en sus relaciones con Moscú- podría sufrir un golpe superior al 25%. Señales que demuestran cómo la estrategia comercial de Trump no perdona a nadie. Europa, por ahora, mantiene su posición. Pero la verdadera prueba aún está por comenzar.