Las políticas migratorias de Donald Trump están poniendo en alerta a sectores enteros de la economía de EE. UU. Agricultura, construcción, restaurantes y hospitalidad - todas industrias fuertemente dependientes de mano de obra inmigrante - están en riesgo de colapso. La mano dura impulsada por Trump, con el apoyo de Stephen Miller y la secretaria de seguridad Kristi Noem, no hace distinciones: deportaciones masivas y sin más amnistías.
¿La alternativa (?)
La secretaria de Agricultura Brooke Rollins intentó tranquilizar a los empresarios: "Tienen trabajadores, son beneficiarios de Medicaid". Con una nueva ley, aquellos que reciben seguro de salud público deberán trabajar obligatoriamente para mantenerlo. Un grupo teórico de 34 millones de estadounidenses. Pero la idea es irrealista: entre ellos hay niños, ancianos, discapacitados o personas que ya trabajan en condiciones precarias.
Los estadounidenses no quieren hacer esos trabajos
Incluso donde el desempleo es alto, los ciudadanos estadounidenses rechazan los trabajos agrícolas. En Carolina del Norte, de 6,500 puestos ofrecidos en 2011, menos de 300 estadounidenses se postularon. Casi ninguno duró más de unas pocas semanas. La realidad es que se trata de trabajos duros, mal remunerados y no automatizables, que nadie quiere hacer más.
Menos inmigrantes = menos trabajo para todos
Un estudio del Instituto de Política Económica estima que si Trump expulsara a un millón de inmigrantes al año, se perderían casi 6 millones de empleos, incluso para los ciudadanos estadounidenses. Los inmigrantes, de hecho, no quitan trabajo, sino que lo crean, abriendo empresas y consumiendo bienes y servicios.
Comida más cara y producción en fuga
Sin mano de obra inmigrante, la producción agrícola disminuiría y los precios de los alimentos aumentarían. Algunas empresas podrían deslocalizarse, empeorando los efectos de la guerra comercial en curso. El objetivo declarado de "primero los 'estadounidenses'" corre el riesgo de convertirse en un búmeran económico y social.
El caso de Nebraska: ¿incentivos o ilusiones?
En North Platte, Sustainable Beef ha intentado otro enfoque: mejores salarios (22 dólares por hora), sin turnos nocturnos y modernas instalaciones para atraer trabajadores locales. Pero la respuesta ha sido tibia. Los jóvenes prefieren ganar menos en trabajos socialmente menos agotadores.
Moral: sin inmigrantes, EE. UU. se detiene
Trump puede cambiar de estrategia bajo la presión de los empresarios, pero ahora está claro: no hay economía de EE. UU. sin inmigración. La idea de una fuerza laboral 100% estadounidense es una ilusión peligrosa, que corre el riesgo de dejar los campos vacíos, los platos medio llenos y las cuentas en rojo.